Los claroscuros del "fin de la recesión" y la nueva batalla con la oposición
El presidente dice que la recesión terminó. Pero los números de la economía real siguen complicados. La nueva (y vieja) reaparición de Cristina Kirchner
Las cosas no podrían haber salido mejor para el Gobierno la semana que pasó. Ganó Trump, la Ciudad publicó un índice de inflación con una baja de casi un punto en octubre y, según el INDEC, se recuperó la industria y la construcción respecto al mes anterior. Además, bajó considerablemente el riesgo país, mejoraron todos los indicadores financieros... Y, por si fuera poco, un intempestivo paro de un sindicato aeronáutico le volvió a recordar a la opinión pública uno de los argumentos de voto a Milei: terminar con los piquetes y los paros salvajes.
El Gobierno aprovechó cada noticia y la festejó como un gol. En la medida que se vean resultados, la opinión pública va a seguir manteniéndose expectante. Y con la opinión pública a favor es difícil que “la casta” se rebele… nadie se le enfrenta a un presidente que está fuerte en las encuestas. El favor de los sondeos termina siendo determinante para poder mantener la estabilidad política de un presidente en absoluta debilidad institucional.
Milei decretó esta semana el fin de la recesión. Lo hizo en el aniversario de la Cámara de Comercio Argentino (CAC). “La recesión ha terminado y el país ha comenzado a crecer. Les agradezco a todos los argentinos por el inmenso esfuerzo que han hecho”, sintetizó.
El país financiero y el país real
Los números macro son contundentes. La tendencia es favorable y los mercados sonríen. Pero el presente sigue siendo "un martirio" para la mayor parte de los argentinos; lo reconoció el propio Milei en el discurso de la CAC, no lo digo yo. Aunque en el promedio esté pasando algo parecido a una recuperación Los promedios a veces confunden.
Subterráneamente, se sostienen otros fenómenos a los que el Gobierno parece darle menor importancia.
Esta semana se hizo el seminario anual de la Fundación Observatorio Pyme. Según el relevamiento que presentaron, la producción se contrajo un 13% y fue el sexto trimestre de caída consecutiva. Las ventas llevan 11 trimestres de baja y el empleo cayó un 6,8% interanual hasta el tercer trimestre. Este último dato es probablemente el más preocupante.
En el relevamiento que se hace entre 500 empresas también se destaca que hay mejores perspectivas a futuro. ¿Estará eso acompañado de una mejora en la actividad? Por ahora, incógnita.
El consumo sigue caído en la mayoría de los indicadores.
Un informe de la industria láctea al que tuvo acceso A24.com muestra que la elaboración de productos lácteos cayó un 8,8% respecto al año anterior, en una comparación hecha de enero a septiembre. Algunas caídas que se destacan:
La cantidad de litros de leches refrigeradas bajó 7,4% interanual
La leche en polvo, 11%
Los quesos blandos, 26,3%
Los postres lácteos y flanes, 58,2%
Esa es la magnitud del sacrificio: las familias dejan de tomar leche.
Además, el consumo en septiembre (ultimo mes disponible) cayó un 22,3% internual, según la consultora Scentia, una de las que mejor mide temas de consumo.
El Gobierno insiste en que los datos esos ya pegaron la vuelta. Que cuando se miden mensualmente en la serie desestacionalizada, las cifras empiezan a mejorar. Aunque se parte de una base muy baja.
¿Otra semana de festejos?
El Gobierno va a intentar celebrar el martes que viene una nueva baja de la inflación. El promedio de las consultoras privadas que miden para el Banco Central estimó que va a ser del 3%.
Cerca de Milei se entusiasman de que quede por debajo de los 3. Como sea, la baja parece persistente. Ese mismo día se van a conocer la evolución de salarios de septiembre. Probablemente, ese dato sea más importante que el de la inflación, aunque la opinión pública lo mire bastante menos.
Al día siguiente, el miércoles, otra noticia política va a poder ser aprovechada por el Gobierno. La Cámara de Casación va a confirmar la condena contra Cristina Kirchner. En la puerta de Comodoro Py van a intentar reeditar la marcha de 2016 cuando fue llamada a declarar por Bonadío.
Van a dar una clase abierta Juan Grabois; el exsecretario de Justicia Juan Martín Mena; y la decana de la Universidad de Avellaneda. La clase se intitula: “CFK, el poder real y la mafia judicial: un caso de estudio de lawfare”; siempre todo autoreferencial.
Va a participar también la periodista y política brasileña Manuela Dávila. Un intento en emparentarlo con la prisión de Lula durante la presidencia de Bolsonaro. En la elección siguiente, Lula volvió al poder.
La pelea que se viene en el Congreso
Es en este clima de tensión, el martes habrá una sesión especial para intentar acotar el poder del Gobierno en dos áreas sensibles.
Por un lado, la oposición va a intentar derogar el DNU que firmó el Gobierno que cambia las condiciones para hacer canjes de deuda en moneda extranjera sin cumplir con los requisitos establecidos en la Ley de Administración Financiera.
La ley exigía que cualquier canje en dólares deba mejorar plazos, intereses o montos del endeudamiento. Ese requisito se volteó por decreto. La oposición quiere restituirlo.
Pero además, se van a debatir los cambios en la reglamentación de los DNU. Hoy, el Congreso casi no tiene resortes para limitar los decretos presidenciales: se necesitan los votos de las dos cámaras para rechazarlo.
El dictamen que firmó la oposición plantea una serie de cambios:
Si en 90 días el DNU no se aprueba en el Congreso, se cae.
Si una de las dos cámaras lo rechaza, se cae.
Además, hay otros temas en análisis que se podrían agregar a la redacción final, como evitar que los DNU refieran a más de una temática (como el MegaDNU de Milei).
En principio, la mayor parte de la oposición mostró intenciones de aprobar la nueva ley. Aunque hay varios dictámenes dando vueltas y no está claro si están o no los números. El PRO y algunos otros opositores dialoguistas advierten que no se puede dejar al Presidente sin una herramienta tan importante de gobernabilidad. De todos modos, Milei ya avisó que si se aprueba, lo va a vetar.
La preocupación del Gobierno por estas horas pasa por el DNU del canje de deuda. Es un instrumento que consideran clave para el rumbo económico.
Cerca del presidente de la Cámara, Martín Menem, hicieron notar que el pedido de sesión especial no salió de los gobernadores y ni siquiera fue firmado por el presidente de bloque de Hacemos, Miguel Pichetto. Y amenazaron con que si este tema avanza, se caerán las negociaciones por las obras públicas pendientes en las provincias, con recursos clave para el año electoral que empieza.
Es más, el oficialismo dice que podría no haber Presupuesto 2025 si se da esa sesión. Y que los más perjudicados serían los gobernadores opositores, que son los que más necesitan de recursos frescos después de un año de fuerte sequía.
La pelea por los recursos
El último informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) marca que los ingresos interanuales del Estado cayeron un 12,2%. Si esta tendencia persiste, para poder llegar al equilibrio fiscal en los próximos meses van a tener que seguir ajustando. Y así sucesivamente.
Según el mismo estudio, las más perjudicadas fueron las provincias. Se bajó el 96% las transferencias y un 80% las transferencias de capital.
Políticamente, los gobernadores necesitan esa asistencia para terminar obras, para recuperar los flujos de los fondos jubilatorios provinciales, entre otras asistencias a las provincias. Un año bancaron bien; dos, se va a complicar.
Todo eso entra en la mesa de negociación en el Congreso y en la Casa Rosada. Todos tienen que negociar duro. Ninguno puede tensar demasiado la cuerda.
El Centro de Estudios Económicos IPYPP, que dirige Claudio Lozano, analizó de qué manera el Gobierno logra mantener el superávit fiscal durante este año. ¿Cambió en algo la matriz del ajuste que está llevando adelante el Gobierno? Parecería que empieza a operar un leve cambio de tendencia.
Según IPYPP, “la licuación real deja de ser el instrumento que lidera el ajuste en la medida que opera el nuevo modo de indexar las prestaciones previsionales”. Eso implica que la "motosierra" ahora sí le empieza a ganar a la “licuadora”.
No obstante, el principal ajuste que permitió la estabilidad de las cuentas públicas es el de las jubilaciones, con un 23%, seguido de los gastos de capital (obras públicas) que representan el 20%. El 50% del gasto del año siguen siendo las jubilaciones. Es imposible hacer un ajuste sin tocar a los jubilados.
El Gobierno también hizo fuertes ajustes sobre los planes sociales. Cortó:
88,4% los de violencia de género
80% el ex Potenciar Trabajo
66% las Becas Progresar
16,2% la Tarjeta Alimentar
Solo se amplió el presupuesto destinado a seguro de desempleo (86,4%) y el programa 1000 días (189%); además de la AUH, que recibió un 35% más de fondos. Los programas alimenticios para las provincias sufrieron un ajuste del 95% Y se achicó un 93% el Fondo Nacional de Incentivo Docente (que implicó un ajuste real de los sueldos de los docentes).
"El esfuerzo debe significar progreso, porque si no, no es sacrificio, sino martirio", dijo el Presidente en el conferencia que dio la semana pasada en la CAC. Por ahora, se vio el esfuerzo. El sacrificio no fue de La Casta, sino que lo hizo el ciudadano de a pie. ¿Cambiará la tendencia? Se empiezan a ver algunos brotes verdes. Lo que no queda claro es si son sostenibles en el tiempo; y mucho menos, si van a llegar a la gente.
¿Te gustó esta columna? Recibila en tu mail todos los domingos www.lajungladelpoder.com.ar