Las conversaciones subterráneas de la oposición después de la marcha universitaria
La marcha precipitó las conversaciones entre dirigentes de distintos partidos. Las dudas sobre la gestión y el dilema de la gobernabilidad. Las protestas que se vienen.
La oposición, por primera vez desde que asumió Javier Milei, huele la debilidad del Gobierno. Hay una preocupación por la situación social que atraviesa a sectores del peronismo, la UCR, partidos provinciales y hasta el PRO, hoy principal sostén político del Presidente. La falta de reacción frente al conflicto con las universidades tocó el límite. Todavía las encuestas no reflejan si efectivamente la marcha del martes dejó una huella profunda o si fue algo pasajero.
Empezaron en las últimas semanas conversaciones secretas entre dirigentes que hasta hace tres meses no podían estar en un mismo lugar sin insultarse. Ven un Gobierno sin conducción, con problemas profundos para gestionar, sin cuadros políticos medios y temen que la destrucción de muchas políticas de Estado que se sostuvieron en los últimos 40 años en la Argentina pueda ser irreversible.
Esa percepción de muchos dirigentes (muchos, incluso, que son aliados del oficialismo en el Congreso) la sintetizó Cristina Kirchner el sábado en Quilmes: "El presidente es muy dogmático, él quiere acomodar la cabeza al sombrero. La cabeza no se achica, agrande el sombrero, Y si lo hace, lo vamos a ayudar. Si le va mal a usted, le va a ir mal a todos los argentinos". El discurso osciló entre dos polos: la crítica a las ideas del presidente (con las que nunca se va a poner de acuerdo) y las críticas a la gestión en sí.
Le dio un mensaje a toda la oposición: “Tenemos una inmensa responsabilidad como oposición de rediscutir ese país. Reconociendo lo que hicimos, admitiendo lo que nos faltó y mirando para adelante”. Fue un mensaje hacia adentro del peronismo y también hacia otros sectores; en varios tramos habló de la experiencia (fallida) del Frente de Todos.
Pero más allá de Cristina, existen movimientos subterráneos que son tanto o más importantes que la aparición de la expresidenta en público. Todos saben que ella tiene una aceptación significativa, pero no construye mayorías. Cada vez son más los que creen que hay que construir primero sin ella y luego ver cómo se la integra. Es un liderazgo del que muchos se quieren desmarcar.
En el barrio de Barracas se juntaron el sábado a la mañana dirigentes de distintas extracciones partidarias, en lo que denominaron “Primer Foro por una Nueva Democracia Política y Económica”, organizado por Marcelo Ferreira, coordinador de Progresistas en Red. Confluyeron sectores que integraron el Frente de Todos con radicales, socialistas y dirigentes de centroizquierda que se habían alejado del gobierno de Alberto Fernández.
Estuvieron Agustín Rossi, Ricardo Alfonsín, Claudio Lozano y dirigentes de partidos minoritarios del kirchnerismo. Pero dos nombres llamaron la atención: uno fue el de Silvia Saravia, dirigente de Barrios del Pie, siempre enfrentado al peronismo; y el otro es el de Federico Storani, histórico dirigente alfonsinista, que trabaja codo a codo con Martín Lousteau y Gerardo Morales, los más críticos de Milei dentro del partido. Estaba prevista la presencia en el encuentro de Malena Galmarini, Carlos Bianco (ministro de Axel Kicillof); Malena se enfermó y Bianco tuvo que ir a un acto de Kicillof. Los dos mandaron adhesiones. No es poco.
No hubo, en cambio, representantes de La Cámpora. Cada vez más dirigentes creen que a Milei lo tiene que enfrentar una coalición más plural que dejé atrás la experiencia cristinista. “Qué toque otra música”, diría Kicillof.
Como sea, es el primer encuentro pluripartidario que se constituye para enfrentar a lo que -dicen- es el surgimiento de la extrema derecha. Habrá que seguirlos de cerca.
La CGT, el 1° de Mayo y otras protestas
La CGT va a poner el miércoles su granito de arena. Va a ser una manifestación “moderada”, según reconocen los organizadores. Hay una limitación práctica para hacer algo más grande: es feriado, la gente está cansada y muchos vienen de movilizarse la semana pasada.
No habrá palcos ni oradores. Entendieron que no pueden mostrar otra vez al tren fantasma. Solo se presentará un documento: “Agenda de consenso para Argentina”. Extraña coincidencia en el tono del título con el grupo que se reunió el sábado.
La oposición dialoguista entendió que pagó un costo político al no ir a la sesión por el financiamiento educativo que había convocado el kirchnerismo. Es cierto que no pueden aparecer votando “con los K”; pero la gente no entiende esos asuntos del poder y quiere soluciones. Propusieron un atajo: exigieron que la Comisión de Educación se reúna de manera urgente para tratar una ley de Financiamiento de Universidades.
Paralelamente, en el Senado, Lousteau pidió que se convoque a otra sesión especial para tratar el tema: debería conseguir quórum fácil porque el peronismo tiene 33 senadores y el pedido es firmado por 8 senadores no K, incluyendo al presidente del bloque de la UCR. ¿Habilitará la sesión Villarruel? Incógnitas.
En Diputados, Unión por la Patria pidió una sesión especial para el martes para derogar el mega DNU. Está abierto un conflicto reglamentario por si la convocan o no.
La ley ómnibus, ¿llega al 25 de mayo?
El Gobierno va a tener otro hito esta semana. Se trata de la famosa Ley Ómnibus. De los 664 artículos originales solamente quedan 232; de las 41 empresas que querían privatizar solo quedan 4. Los que siguieron de cerca las negociaciones del proyecto dicen que "la lapicera" (el control de qué se tocaba y qué no del proyecto) quedó en manos del PRO. La Libertad Avanza se retiró virtualmente de las negociaciones.
En la Casa Rosada están esperanzados en darle sanción definitiva antes del 25 de mayo para poder firmar el pacto con los gobernadores en paz. Faltan años para eso: el Senado tiene sus tiempos y difícilmente los “padres de la patria” (así se los llama a los senadores) estén dispuestos a darle un tratamiento exprés.
La sesión en Diputados va a empezar el lunes a las 11 de la mañana y se espera una larga discusión en el recinto. En la oposición van a querer hablar todos. No está claro qué van a hacer los aliados.
Con suerte se va a terminar de votar el martes; algunos quieren extenderlo hasta el jueves con un cuarto intermedio porque también hay que votar el “pacto fiscal”.
Con viento a favor, el proyecto con la media sanción llega jueves o viernes al Senado y ahí empieza una nueva discusión. Un detalle no menor de los tiempos: el Senado exige que entre el dictamen de comisión y el tratamiento en el recinto pasen por lo menos 7 días.
En un escenario hiperoptimista, recién el 23 de mayo podría debatirse en el Senado en una sesión que también demoraría unas 24 horas. Difícil que llegue todo cocinado al 25. En el Gobierno ya anticipan que no van a invitar a firmar a los que no voten la ley.
El Gobierno enfrenta en el Congreso otro drama: el bloque de la Libertad Avanza de Diputados está cada vez más fracturado. Ya no son solamente los 3 que se fueron con Oscar Zago y armaron bloque aparte. Hay dudas sobre el liderazgo de Martín Menem y todo está en cuestionamiento.
Los números que muestran un quiebre
Una encuesta de la consultora Inteligencia Analítica (que dirige el cuñado de Massa, Sebastián Galmarini) detectó que casi el 70% estaba en contra de la reducción del presupuesto universitario.
Según esta encuesta, el 43% reprueba a la administración de Milei, en un empate con aquellos que la aprueban. Es la segunda vez que se ve esa paridad desde que asumió el nuevo Gobierno, según esta encuestadora; la vez anterior, Milei logró revertir la caída con el lanzamiento del Pacto de Mayo.
Otro sondeo, de la consultora Opina Argentina, también ve una paridad en las percepciones de imagen del Gobierno. La imagen está pareja en economía y la seguridad. Pero cae al 48% negativo en la política “de ayuda a los más pobres” (solo un 44% aprueba). Además, un 50% rechaza la política educativa (solo 42% la aprueba) y 59% rechaza la política hacia los jubilados (solo 35% la aprueba). Algunas señales de alarma. También un 59% rechazó el manejo de la crisis del dengue.
Un dato a tener en cuenta: los números positivos del Gobierno se sostienen por los jóvenes. “Los hombres y los jóvenes continúan siendo los principales vectores sociales de apoyo del Presidente”, dice el informe.
En los círculos de poder, la presentación de Javier Milei en la Fundación Libertad cayó mal. Especialmente por las críticas a economistas a los que el círculo rojo respeta. Tampoco está claro si la relación con Macri es lo buena que debería ser: hoy es el PRO el garante de la gobernabilidad. El Presidente no termina de mensurar su debilidad política.
Todos esperan con atención a lo que pase el 25 de mayo, día del pacto. ¿Logrará Milei llevar a una mayoría de gobernadores a esa firma? Ya avisaron que varios están excluidos de la lista. El tema por ahora genera más dudas que certezas.
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